Sobre la Felicidad

Hola a todos:
El pasado miércoles 11 de julio de 2007 estuvimos charlando sobre el Libro I de Ética a Nicómaco. Aquí podemos escribir nuestros propios comentarios al respecto, dudas o interrogantes, y os animo para que comentéis lo que deseéis al respecto.
Desde mi punto de vista, lo más interesante de este Libro es la concepción aristotélica de lo que la felicidad (Gr. eudaimonia) es: no un producto de las acciones humanas (tal y como hoy lo entendemos) sino una acción humana en sí misma. Tal y como el profesor Manuel Abascal sugirió muy gráficamente: "La felicidad para Aristóteles está presente en todas las acciones humanas, igual que el azúcar está presente en todos los dulces". Así, es cierto que Aristóteles habla de la felicidad en tanto que finalidad de los actos humanos, pero no en tanto que producto, sino como causa final.
Otra cuestión que me parece relevante es la relación que para él existe entre la felicidad y el "razonar de forma excelente". Me pregunto si, dado que la felicidad no es una meta que se alcanza, sino una actividad que constituye un modo de vida; "razonar de forma excelente" no será tanto "proyectar" como "darse cuenta". En efecto, parece que, para nosotros la felicidad está en el futuro, mientras que para Aristóteles es puro presente. ¿No es así?.
Un saludo,
J.G.Cadelo
5 comentarios
Ana Toledo Araujo -
Carlos, este comentario es en contestación al tuyo, sobre los fines secundarios considerados por A.
Creo que ningún fin puede ser secundario, puesto que ambos términos encierran contradición y sólo puede ser valorado a posteriori si un fin considerado en si mismo, lo era en pro de otro fin.
También puede ser valorado un fin mediante razonamiento inductivo, pero éste es cambiante a merced de las premisas, de ahí que el objeto de la felicidad también lo sea, como recoges de A. en tu primer párrafo.
Es dificil razonar hoy en esos términos, pero cuando te refieres a que los fines secundarios son la sal de la vida, creo que,en mi opinión, mezclas un tipo de felicidad referido como placer, al que A. no se refería.
Volviendo al ejemplo del premio nobel, si alguien quiere alcanzar la tranquilidad de su espiritu y vivir de acuerdo con ella, quizá deba renunciar a ese camino, por muy apetecible que le parezca; pues dicha tranquilidad-felicidad-paz, puede ser puesta a prueba.
Aparte disertaciones, me permito citar textualmente las palabras del Premio Nobel Bertrand Russell:
"Por lo general hay una pobreza emocional en la Etica (de A.) que no se encuetra en los filósofos antiguos...Lo que él tiene que decir es lo que sirve para hombres cómodos y de pasiones débiles, pero no tiene nada que decir a... quien la fortuna exterior empuje a la desesperación. Por estas razones, en mi opinión, la Etica, a pesar de su fama, carece de importancia intrínseca". (Historia de la Filosofia Occidental, tomo I).
Un saludo,
Ana
Carlos -
Lo que yo interpreto es que A. busca un solo fin, uno que queramos por si mismo: "...es último lo elegible por sí mismo siempre y nunca por causa de otra cosa. Y una cosa así parece ser, sobre todo, la felicidad, pues ésta la elegimos siempre por ella misma y nunca por otra cosa, mientras que los honores, el placer, la inteligencia y toda virtud las elegimos, desde luego, por ellas mismas,.... pero las elegimos también por causa de la felicidad, por suponer que vamos a ser felices por su causa".
Creo que con este párrafo queda claro el tema del premio Nobel.
Lo que ya no tengo tan claro es que se diga en algún sitio que haya que dejar de lado todas las demás cosas. Esos fines "secundarios", que pueden ser la nota de color en la vida. ¿Puede ser que la eudaimonia sea "darse cuenta" de la felicidad en cada uno de esos "fines secundarios"?, o dicho de otro modo, ¿darse cuenta del sabor del azúcar en cada uno de los dulces?.
Ana Maria Toledo Araujo -
Seguimos con el diálogo. En orden me preguntas y en orden te respondo, Juan.
Claro que los fines secundarios son aquellos cuyo sentido maneja Aristóteles en el libro que comentamos. No sé de otros fines que haya que dejar de lado, sino es bajo este concepto. Y si me preguntas a qué me refiero, te volveré a remitir a A. en la forma que yo comprendo, y que es la mejor me sirve para entender lo que dice.
A saber, Sócrates describió el sistema inductivo de conocimiento, lo puso en práctica y se vio a sí mismo como "proyecto", y dicho proyecto como fin, y le fue fiel hasta morir. El decía tener un daimon, que no le dictaba lo que debía hacer o decir (mal traducido por conciencia), sino que le impedía realizar ciertas cosas, emprender ciertos caminos. Es una forma que Platón nos transmite por la que intuimos que su maestro había reflexionado lo suficiente sobre sí mismo para ver lo que encajaba y lo que no consigo. Aristóteles, en su idea de la feliciad como bien supremo del alma, preferible a los del cuerpo, aun cuando no haya placer en ello (1098b25 y sig. de Etica N), nos hace ve que el hombre nació para razonar como el pájaro para volar, así que sólo los bienes del alma llegan a hacer al hombre feliz.
Quizá lo que expresaría es que el hombre que vive su vida en primera persona, sopesando y razonando, está más en paz; sus demonios, que no son tales, están amansados o sometidos y por tanto puede coniderarsele feliz.
Los fines secundarios no lo son para todos los hombres, pues para algunos se trata de fines primarios. Aquí yo veo que él mismo es consciente de la diferencia entre las capacidades de los humanos y cosidera que cada uno debe cultivar aquello en lo que se siente más identificado en cuanto Categoría del Ser. Unos consideran el fin razonando el "donde", otros el "cuando", y cuantas categorias puedan ser contempladas. Cuantas más abarquen, más felices y saios serán, en tanto que más ejercitan su mente. Los que sólo se dedican a una categoría, por ejemplo el cómo, pueden enfocarla en un oficio manual o en una técnica en una sóla direccón, como la medcina.
Resumo la respuesta en que los fines primarios y secundarios lo son para cada uno en función de la idea y la capacidad que se tiene de sí mismo; de cómo quiere ser y ejercer su virtud. Es decir, en función de una acción reflexiva. Así, sólo son valiosos en un sentido individual.
Cuando digo de dejar de lado los fines secundarios, me refiero a no entretenerse al margen de lo que uno se propone. Siguiendo el texto de A., no le sería útil a un carpintero el reflexionar sobre el sentido de los ángulos, sino procurar que los suyos sean rectos. (!?!).
Hasta aquí no he puesto nada propio excepto algunos rasgos de interpretación, muy resumidos y en todo discutibles.
A continuación preguntas sobre posibilidades. En esto puedo contestarte como yo creo; y creo que el conocer las propias posibilidades implica conocerse a sí mismo, sus capacidades, sus deseos, sus preferencias y la escala de valores que da a cada cosa. Como se trata de variables indivuduales, sometidas a su vez a factores externos (edad, medios, vitalidad...), no puedo responderte. Lo que para mí es más valioso es la búsqueda por ella misma y lo tuve bien claro desde muy pronto. Me aterraría el ser reconocida en algo, famosa, etc, porque en ese momento dejaría de ser libre para mí misma y atada quiza a eso de la fama, etc, por pequeña que sea.
No podemos ni creo que necesitemos saber quién es capaz de ser Premio Nobel, pero es una meta muy loable para quien lo desee, como cualquier otra.
Con gran rigor trato de seguir la premisa de no imponer ni convencer de nada a nadie. Hablas de obsesionarse con conseguir el Nobel y la obsesión no es sana en sí, pero comprendo que has querido decir que el proceso ha sido elaborado, la meta alcanzable y las posibilidades reales. Apoyaria a quien fuera, mi hijo o no. ¿Disuadir a alguien de su meta? No sé. Algunos enfermos mentales están convencidos de que tienen una misión en la vida y que han de cumplirla. Como no pueden actuar según razón, suelen estar recluidos y no cuentan. Es el único ejemplo que se me ocurre de alguien al que se le deba de impedir algo.
Personalmente, aunque el premio Nobel y todos los premios y reconocimientos sean algo muy deseable, me desilusionaría un poco que un hijo mio tuviese esto como un fin.
Ahora yo pregunto, ¿crees tu otra cosa o alguien del grupo y quiere exponerla?
J.G.Cadelo -
Por otro lado, dado que hablas de fines secundarios, está claro que también habrá fines primarios. ¿Y qué fines son los de esta clase?. ¿Serán los fines que son valiosos por sí mismos?.
Parece que cuando dices "si cada uno enfoca su vida según sus posibilidades y aficiones, dejando de lado los fines secundarios" te refieres simplemente a dejar fuera de nuestras pretensiones aquello que no está dentro de nuestras posibilidades; pero, ¿qué cosas están más allá de nuestras posibilidades?. Probablemente podamos acordar que viajar a Júpiter quede fuera de las posibilidades de cualquiera hoy en día; pero, ¿cómo podemos decir si, por ejemplo, ganar un premio Nobel esté fuera o dentro de las posibilidades de alguna persona concreta?. Está claro que hay individuos que ganan el Nobel, y por tanto es evidente que hay gente que tiene (o tendrá) esa posibilidad; pero, ¿cómo podemos saber quiénes?. Si nuestro hijo se obsesionara con ganar el premio Nobel, ¿hemos de disuadirle o hemos de apoyarle?, ¿por qué?.
Ana Maria Toledo Araujo -
Juan, como has acabado con una pregunta, voy a seguir el diálogo, ya que no he visto otro comentario.
Dices que para nosotros la felicidad es futuro y para Aristóteles presente.
Es posible que no nos refiramos a lo mismo.
A. concibe la felicidad como el equilibrio natural que supone el que el ser humano ejercite aquello para lo que está hecho: razonar. "Y cada uno se realiza bien según su propia virtud"....."y, además en una vida entera" (1098a 15-20 de Etica N.). Puede captarse el concepto dinámico de la felicidad, más parecida a lo que llamaríamos paz interior y que sí está presente en todas las obras qe el hombre realiza según la virtud: "cada uno se realiza bien según su propia virtud", que yo entiendo como habilidad, tendencia, aptitud.
Es decir, que si cada uno enfoca su vida según sus posibilidades y aficiones, dejando de lado los fines secundarios y lo hace de modo consciente y razonado, esa persona es feliz, o al menos estará tranquila de haber hecho lo que puede, aunque las circunstancias le sean poco favorables.
Eso de actuar sereno sí es del presente y no del futuro y a la vista de los demás las acciones así realizadas pueden parecer hermosas. Probablemente quiere decir equilibradas.